Nueva York.- La ciudad de Nueva York recibió a 3.100 inmigrantes la pasada semana, la cifra más alta de las últimas semanas, un flujo que está llevando a que los albergues de carpas que se han levantado en los últimos días se estén llenando rápidamente.
De acuerdo con los datos dados a conocer hoy por la Alcaldía, más de 104.400 solicitantes de asilo han llegado desde que comenzó el flujo en la primavera de 2022, de los que 59.300 están bajo cuidado de la ciudad, incluidos cerca de 20.000 niños.
Esta cifra de personas – a los que da albergue, comidas, servicios médicos y sociales y educación para los niños- asciende a 110.900 al sumarse los neoyorquinos sin techo.
Este flujo ha llevado a la ciudad a abrir 206 lugares para albergue, incluidos dos grandes explanadas llenas de carpas, una con capacidad para 2.000 y otra para 3.000 hombres, que se están llenando rápidamente. El Gobierno federal ha autorizado el uso de una estación aeronaval en desuso, cuyo contrato aún las autoridades pertinentes no firman, con cabida para 2.000 personas.
«Esto no es sostenible. Creo que los neoyorquinos lo entienden», sostuvo hoy la vicealcaldesa para Salud y Servicios Humanos, Anne Williams-Isom en la conferencia semana para hablar de los inmigrantes, donde reiteró los reclamos que se han escuchado desde que comenzaron a llegar: «necesitamos ayuda del gobierno federal», que hasta ahora ha guardado silencio sobre la crisis humanitaria y fiscal que afronta la ciudad.
Una encuesta de la Universidad Siena reveló esta semana que el 82 % de los neoyorquinos consideran que la afluencia de inmigrantes es «un problema grave» y el 54 % opina que es «muy grave».
La Administración del alcalde Eric Adams ha recibido alguna ayuda económica del Estado, pero no ha escuchado su reclamo de que la gobernadora Kathy Hochul firme una orden ejecutiva que obligue a las localidades bajo su jurisdicción a acoger a inmigrantes. La ciudad comenzó este año a enviar autobuses con inmigrantes a hoteles al norte del estado, pero se enfrentó a órdenes judiciales que le impidieron continuar con esa acción.
Un mandato de un tribunal obliga a la ciudad a dar albergue a quien lo solicite y hoy hubo una audiencia en corte sobre el tema. Tanto los abogados de la ciudad como de la organización Legal Aid, que representa a los inmigrantes, indicaron al juez la necesidad de poder contar con otros espacios para albergue.
«Todos estaríamos mejor si la gobernadora tomara el control de la situación y se asegurara de que la gente pudiera ir a donde necesita ir», dijo el abogado de Legal Aid, Joshua Goldfein.
Tanto el alcalde como Hochul han reclamado al Gobierno federal que acelere los permisos de trabajo para los recién llegados para que puedan salir del sistema de albergues de la ciudad y establecerse donde quieran ir.
El juez no emitió una decisión con respecto al derecho a albergue.